Twin Peaks Recap es una columna semanal de Keith Uhlich para The Notebook que cubre la nueva temporada de la serie de David Lynch y Mark Frost, Twin Peaks. Agradecemos a Keith Uhlich, Daniel Kasman and Kurt Walker de Mubi por permitirnos traducir este material para seguir esta tradición semanal en castellano desde Las Pistas. Aquí el link original del artículo en inglés.
Por Keith Uhlich
¿Qué debe hacer un agente especial del FBI luego de haber sido encerrado durante 25 años en una suerte de purgatorio? Los episodios 3 y 4 se dieron de manera seguida, y es en donde vemos a nuestro héroe del Black Lodge, Dale Cooper (Kyle MacLachlan) reintegrarse al mundo real. Esto es básicamente Twin Peaks haciendo Rectify, solo que en lugar de una pena de muerte hubo que esperar en un paisaje del infierno salido de Clive Barker.
O de David Lynch, realmente. Lo que se está haciendo más y más evidente a medida que progresa la nueva temporada, es que se está volviendo una suerte de depósito del inconsciente de Lynch, pasado y presente. Un lugar para nuevas visiones, pero también para darle un distinto contexto a viejas ideas. Volviendo a Barker, hay una cita en uno de sus primeros libros de cuentos (“Books of Blood”) que se puede mencionar a propósito del método de que está usando Lynch: “Somos nuestras propias tumbas, a mi parecer caminamos entre las tumbas de las personas que solíamos ser”
Cooper inicia el tercer capítulo atravesando una suerte de campo de estrellas, para luego terminar en un cementerio. Se trata de una necrópolis de algún tipo donde se halla una casa habitada por una de las creaciones más terroríficas de Lynch—una mujer sin ojos, interpretada por Nae Yuuki, que oficia de guía de Cooper en este estadio. Estas escenas están narradas con jump cuts, fast-forwards y rewinds, dando el efecto como si los personajes caminaran hacia atrás luego de dar dos pasos adelante. Parece haber una toma de corriente enorme en la pared con un número 15 y un sonido de constantes golpes a una puerta.
En el recap anterior mencioné que parecía que estaba hablando varias lenguas a la vez; describir lo que pasa en Lynch es una manera fácil de hacer creer, y de demostrar, que ya estás metido hasta el fondo. Entonces, es con eso en mente que puedo decir que la aventura de Cooper con la mujer sin ojos concluye con ellos flotando arriba de una caja en el espacio, y debajo de ellos aparece la cabeza cercenada de Garland Briggs (el ya difunto, digitalmente recreado Don S. Davis) que dice de manera afectada “Blue Rose” (una referencia a Fire Walk With Me), hacia el éter. Aquí no es donde todo termina (¿Dónde está mi camisa de fuerza?).
Luego de eso reaparece brevemente Phoebe Augustine, la actriz que interpreta a Ronette Pulaski, la única testigo con vida del asesinato de Laura Palmer. Aunque en los créditos aparece como “American Girl” y su único propósito es ayudar a Cooper a escapar de ese universo antes de que su “madre” (el monstruo que le da golpes a la puerta) llegue. Cooper se inclina cerca de la corriente de electricidad (tengamos presente que a través de la “electricidad” las cosas circulan por el Black Lodge). La corriente eléctrica lo succiona para luego depositarlo en Nevada, en un barrio conocido como Rancho Rosa, donde toma el lugar de otro doppelganger suyo conocido como Dougie.
Ah, Dougie. Como si MacLachlan no estuviera ya en un tour de force interpretando a Cooper y a su doble malo, Mr. C. (que mientras todo esto ocurre se encuentra en un accidente automovilístico mientras vomita la sustancia vital de los habitantes del Black Lodge conocido como “garmonbozia”). Ahora puede actuar como un completo idiota de varias formas interpretando a Dougie. Hay un momento de humor en el Red Room, donde al Dougie original se le achican los brazos y su cabeza se convierte en cenizas antes de convertirse en una pequeña pelota dorada. No hay que obviar que Dougie está usando el anillo que evidencia a las víctimas del Black Lodge. También el saco que está usando es una copia exacta a la de The Yellow Man (Fred Pickler) en Blue Velvet.
Eso nos deja con el Cooper bueno/Dougie, que actúa como un recién nacido, y ocupa casi todo su tiempo en el tercer capítulo jugando en máquinas tragamonedas en el Silver Mustang Casino en Las Vegas. Esta secuencia se siente como un chiste berreta, pero está dilatado hasta cierto punto que se vuelve hilarante. Ayuda que una de las primeras personas con las que Cooper/Dougie se encuentra es la cajera del casino interpretada por Meg Foster (ver They Live de John Carpenter) que logra, con sus fantasmagóricos ojos celestes y voz ronca, sugerir que hay un ser celestial escondiéndose entre los humanos.
Cooper/Dougie se dirige hacia las máquinas, donde Lynch parece encontrar un placer en la repetición de sonidos y colores—sonidos de palancas, campanas electrónicas, los colores de las máquinas crean pasillos interminables de tragamonedas. Un ridículo efecto digital (una llama caricaturizada) aparece arriba de todas las máquinas de las cuales va a terminar con un gran premio. Luego de tirar la palanca, hace un grito triunfal: “Hell-o-o-o-o-o-o-o-o!”, gesto que imitó de otro jugador. Se convierte asi en un santo para un personaje especialmente Lyncheano—una indigente (Linda Porter) que le da el sobrenombre de “Mr Jackpots” a Cooper/Dougie, luego de ayudarla a ganar un par de veces (sin estar al tanto de esto).
MÁS PORCIONES DE TORTA
-Bastantes “porciones” para mencionar del recorrido pre y post casino de Cooper/Dougie. Al Casino lo lleva una prostituta afroamericana llamada Jade (Nafessa Williams), que le ha costado a Lynch críticas en internet por su manejo de asuntos de género y etnia. ¿Por qué hay tan pocos actores negros en sus películas? ¿Por qué las mujeres en sus películas suelen terminar golpeadas, desnudas y/o en profesiones poco respetables? Estas son preguntas que vale la pena hacerse. En mi opinión, Lynch trata a sus personajes con un gran cariño, que me recuerda al trato que tenía Vincente Minnelli con sus personajes, quien tendía a ponerlos como objetos en una vidriera. Hay una diferencia, claro, con el manejo destructor que tiene Lynch del cuerpo humano, algo que Minnelli rara vez hizo (salvo en aspectos psicológicos). En el recap anterior mencioné como el trato de la muerte de Darya (Nicole LaLiberte) era “escultural”. En el caso de Jade es llamativo cómo pasa de ser un objeto de deseo a una figura erudita para Cooper/Dougie. Estoy seguro que Lynch encuentra mucho humor y humanidad en su secuencia camino al casino, ningún personaje por encima del otro.
-Luego del Casino, Cooper/Dougie va a casa donde es recibido por su mujer, Janey-E Jones, interpretada por Naomi Watts. Primero está preocupada por saber dónde estaba su marido, pero cambia el tono rápidamente cuando ve que tiene una bolsa llena de plata ganada en el casino. Se refieren a una pasada deuda que ellos tienen, pero todo esto es secundario ya que la escena a mencionar es la del desayuno del día siguiente—musicalizada por “Take Five” de Dave Brubeck- donde Cooper/Dougie reaprende cómo comer. El hijo de la pareja, Sonny Jim Jones (Pierce Gagnon), ayuda a Cooper/Dougie a recuperar su gesto característico de pulgares hacia arriba. También parece recuperar alguna de sus facultades luego de tomar un poco de café.
-Hay un momento después de que Cooper/Doguie vuelve a “casa” con su mujer e hijo, donde un buho vuela cerca suyo. Como en la serie original, es mejor asumir que estas criaturas nocturnas no son lo que parecen.
-Hay un par de detalles que adoro como, por ejemplo, el momento en el que Cooper viaja por la corriente de electricidad, la manera en la que su cabeza se distorsiona y le sale humo, es como un pedazo de carne arrojado a la plancha. Sus zapatos no viajan con él, dejándolos en el suelo. Luego cuando sale en el mundo real se puede ver que una de las medias de Cooper tiene un agujero.
-En el bolsillo de Cooper/Dougie está la llave de la habitación 315 del Great Northern Hotel, donde él se quedó en la serie original. La llave va a tener un rol importante más adelante, pero en estos capítulos le salva la vida, ya que al agacharse en un momento dentro del auto de Jade camino al casino, distrae a un francotirador contratado para matarlo.
-Uno de los asesinos a sueldo que persigue al Dougie original planta una especie de dispositivo rastreador en su auto, que se queda en la casa de Rancho Rosa. Va a ser interesante si esto de alguna manera tiene un fin narrativo. Por el momento sirve para introducir a un vecino de ese barrio (Saqyer Shipman) que come galletitas de agua mientras que su madre adicta a las pastillas toma whisky y repite “119!” (¿911 al revés? Más sentidos invertidos y reflejados) como un mantra.
-¡Finalmente vamos a Twin Peaks! Donde nos encontramos con el oficial Andy (Harry Goaz), a la secretaria Lucy (Kimmy Robertson), y al oficial Hawk (Michael Horse) revisando el archivo del caso Laura Palmer/Dale Cooper para encontrar qué es lo extraviado. Hay un momento en el que Lucy de manera aterrorizada admite haber comido un conejo de chocolate de la evidencia. Hawk le aclara que no es el conejo lo que falta, para minutos después dudar si tal vez se trate del chocolate extraviado.
-La trama del Dr. Jacoby y sus palas avanza lentamente. Hay una secuencia extendida donde se lo puede ver pintando con aerosol dorado las palas. Es una secuencia que causa gracia porque parece hacer un chiste interno de la lógica de esperar a que algo ocurra que tiene la serie. También hace referencia al hobby que tiene el director por la carpintería, que puede verse en detalle en el documental David Lynch: The Art Life (2016).
-Hay varias escenas de Cole (David Lynch) en el FBI, donde aparece el personaje de Richard Chamberlain, Bill Kennedy. Este habla de manera hermética sobre un conocido que fue enviado al polo norte. También hay una reintroducción al personaje transexual interpretado por David Duchovny, la agente Dennis/Denise Bryson, ahora como supervisora. La escena que comparten es una maravilla, Duchovny le da muchos matices al personaje, como logró hacerlo en la serie original. Lynch hace referencia al pasado complicado de Denise con colegas transfobicos, “¡Les dije a tus colegas, esos payasos, que arreglaran sus corazones o que murieran!”. Aquí la humana excentricidad del director queda demostrada.
-Una breve escena en la estación de policía de Buckhorn que involucra a Constance Talbot (Jane Adams) y al detective Dave Mackley (Brent Briscoe) revela que la identidad del cadáver del capítulo anterior pertenece a alguien del ejército. La información es clasificada, pero parece probable que el cuerpo pertenezca a Garland Briggs, o a alguno de sus colegas.
-Alguien que reaparece en este capítulo es Bobby (Dana Ashbrook). ¡Como un oficial de policía de Twin Peaks! Ashbrook siempre fue uno de los talentos menospreciados de la serie original, y no decepciona con su aparición en la nueva temporada. Cuando Bobby ve la foto de Laura Palmer en la jefatura cuando se está revisando el caso Dale Cooper/Laura Palmer, rompe en llanto. Esta es la única parte donde la música original de Angelo Badalamenti (El “Laura’s Theme”) toma control de una escena.
-El capítulo cuatro termina con Gordon Cole, Albert y Tammy yendo a Dakota del Sur a una cárcel donde el Cooper malo está encerrado. Su conversación es terrorífica, ya que el Cooper malo tiene una voz de ultratumba y su intento por imitar el gesto de pulgar hacia arriba del Cooper bueno es muy forzado. Luego Cole y Albert tienen una conversación donde hacen referencia al personaje de David Bowie, Phillip Jeffries, y se menciona a “Blue Rose” nuevamente. También mencionan que precisan a alguien para vigilar a Cooper, confirmando que sospechan que el Cooper malo no es efectivamente Dale Cooper.
-Los créditos finales de ambos episodios terminan en el Roadhouse, con recitales de The Cactus Blossoms y Au Revoir Simone. Sin contar el primer episodio que se dio en conjunto con el segundo, todos parecen terminar así. ¿Será así con todos los que faltan? Conociendo a Lynch, no tomaría nada como una constante.
Traducción por Agustín Rayneli.