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El Joven Ford (01) – John Ford por sí mismo

Hace unas pocas semanas, la Sala Lugones programó un ciclo compuesto por las primeras obras del gran John Ford. Menos conocidas que sus películas posteriores (pero no por eso menos importantes), permiten ver la conformación de un estilo que, tan solo unas pocas películas despues, se transformará en el más importante de la historia del cine. Volver a entrar en contacto con ellas nos entusiasmó tanto que hemos preparado una serie de textos alrededor de ésta etapa del joven Ford. Damos el puntapié inicial con esta compilación, que reúne algunos extractos de entrevistas, traducidas por primera vez al español. Las extrajimos del libro del Filmmuseum que acompañó la retrospectiva que se realizó en la Viennale. La traducción la hizo Lucía Salas. ¡Que lo disfruten!

 


 

The Shamrock Handicap (1926)

“Cualquiera puede dirigir una película una vez que sabe lo fundamental. Dirigir no es un misterio ni un arte. Lo más importante de las películas es: fotografiar los ojos de la gente. Fotografiar sus ojos. [Se señala el pecho y dice:] Todo es de acá para arriba.

Ya ves, tenemos estos genios instantáneos ahora en el negocio y a todos se los traspasa con trucos—este gadget, esta cámara, este monstruo que se ve maravilloso. Así que lo mueven para acá, para arriba, para abajo, para todos lados hasta que te da mareo. Fui a ver a unos amigos hacer Hogan’s Heroes –John Banner y Werner Klemperer– y tenían un director nuevo, y movía la cámara para acá, y después subía, y apuntaba hacia abajo, hacia ellos. Mientras tanto no miraba a los actores, no los miró ni una vez. Cuando iba por la décima toma dice: ‘¡Es buena! Se imprime’. Y uno de los actores dice: ‘Me comí dos líneas’, y el director dice ‘Ah, no pasa nada’. Y un actor alemán, que se suponía que tenía que tener acento alemán ya había perdido todo el acento y hablaba puro inglés. Y el director no estaba prestando atención a eso. Pero olvídense de la cámara. Consíganse un buen camarógrafo—él sabe más de la cámara de lo que ustedes puedan aprender—y digan: ‘Quiero conseguir esto y aquello, y lo quiero bastante cerca porque no voy a filmar ningún primer plano acá. Si filmo primeros planos voy a mover el grupo acá y uno ahí, así puedo hacer tomas individuales. Miren sus caras. Miren sus ojos. Pueden expresar más con sus ojos que con cualquier otra cosa. Y eso es todo’.

-Entrevista con Mark Haggard, 1970

“Nos han acusado de usar demasiada violencia, alcanzando demasiadas veces un buen fin a través del uso desafortunado de medios violentos, y esa acusación tiene un punto pero, después de todo, fueron tiempos violentos. He tratado de superar esto y por eso tengo varios hombres que terminaron siendo buenos westerns. El término ‘pistolero’ por sí solo nos hace crispar, y tratamos de mantener los tiroteos al mínimo. Pero los hombres sí tenían armas y sí se disparaban entre ellos. No hubo mucha ley por un tiempo, después de todo. Está mal hacer héroes de los personajes villanos, como Billy The Kid, que era más despiadado y cruel que cualquier persona que podamos imaginar hoy. Sin embargo, es cierto que muchas de las conversiones hacia la ley y el orden fueron por parte de criminales reformados, que consiguieron trabajos de sheriff por sus reputaciones. Hombres como Wyatt Earp tenían verdadero coraje. No tenían que usar sus armas. Empoderaron sus posiciones con sus reputaciones y personalidades. Los enfrentaron. Tuvieron suerte. Una .45 es el arma más inexacta que jamás se hizo. Si manejaste una lo sabés. Pardner Jones me dijo que si ponías a Wild Bill Hickock en un granero con un arma de seis balas no le hubiera dado a la pared. Algunas de las primeras estrellas de western como William S. Hart y Buck Jones eran verdaderos tipos de western, eran del oeste o naturales para el papel. Eran atletas corajudos y jinetes, dos habilidades que merecen crédito. Porque los roles que esos actores interpretaron eran tan naturales y porque los interpretaban de manera tan simple, jamás han tenido suficiente crédito por sus habilidades como actores. Incluso aquellos que actuaron en la era muda parecen menos exagerados, más naturales para nosotros que los héroes románticos del período cuando vemos las primeras películas de nuevo. Pero los críticos parecen creer que hay que ser consciente de la actuación para estar actuando. Realmente mientras menos consciente sos de estar actuando, usualmente mejor es”.

-Entrevista con Bill Libby, 1964.

 


 

3 Bad Men (1926)

“Puede que los héroes del western sean ‘más grandes que la vida’, pero hay tantos de nuestros héroes históricos, y odiamos disipar las ilusiones del público. Si elegimos hombres apuestos y mujeres atractivas en roles semi biográficos, retratando personas que eran verdaderamente llanos, no hacemos un mal mayor que lo que ya se ha hecho en las películas. Yo mismo soy bastante feo. El público no pagaría por verme en una película”.

“Ésta es la primera película que hice en Jackson Hole. Jack Stone y yo escribimos el guion juntos, y mucho se basó en cosas que realmente pasaron. El villano, interpretado por Lou Tellegen, fue sacado de un personaje real—un hombre que había sido un tipo real. Hay una fiebre de la tierra en la película, mucha gente de la compañía  estuvo en la verdadera fiebre –Duke Lee, varios de los chicos-; eran niños y cabalgaron con sus padres, así que hablé con ellos. Por ejemplo, el incidente de recuperar al bebé de debajo de las ruedas de una carreta sucedió de verdad. Hicimos una carrera al oeste de puta madre; fue en terreno llano y latigaron a los caballos hacia arriba con centenas de carretas –se conseguían baratas en esa época- yendo a toda velocidad; era muy rápido. Hicimos la secuencia entera en dos días. Cortaron pedazos en varias otras películas—la veo en la tele todo el tiempo”.

-Entrevista con Peter Bogdanovich, 1966

 


 

Doctor Bull (1933)

“Nadie podía escribir para Will Rogers, así que le dije, ‘Este es el guion pero este no sos vos—las palabras van a ser falsas saliendo de vos. Solo aprendete el sentido general, y decilo en tus propias palabras’. Algunas de las líneas de diálogo las decía desde el guion pero la mayoría del tiempo las inventaba él; solía frenar y dejar que la gente siguiera su pie y después seguía; no anotaba sus líneas, pero las trabajaba de antemano y después se ponía en frente de la cámara y armaba esa sensación de escena de su propia manera inimitable. Dr. Bull era una historia pesimista, pero Bill se las arregló para meterle mucho humor—y se transformó en una película de la puta madre. Era una de las favoritas de Bill. Hicimos tres películas juntos y fue muy divertido, Judge Priest resultó bastante buena también, era muy graciosa; Steamboat Round the Bend debería haber sido una gran película pero hubo unos cambios en el estudio y vino un nuevo manager que quería lucirse, así que cortó la película y le sacó toda la comedia”.

-Entrevista con Peter Bogdanovich, 1966

 


 

Pilgrimage (1933)

“Dicen que no hemos retratado a las mujeres de manera justa en los westerns, y creo que hay una verdad en eso, pero no un gran asunto. Es una especie de llaga. Los hombres fueron dominantes estableciendo el oeste. Las mujeres jugaron un papel algo menor, aunque ciertamente importante. Estaban las mujeres de las tabernas. Siempre estarán donde haya hombres toscos y solitarios. Y algunos no eran personajes terribles. Y estaban las mujeres que ayudaron a quebrar la tierra, sostenerse, criar hijos y hacer un hogar para sus familias. Fueron momentos duros para las mujeres y lo soportaron de manera noble. Y creo que en general han sido bien retratadas por actrices”.

-Entrevista con Bill Libby, 1964

 


 

Judge Priest (1934)

“Los hombres del oeste eran como Will Rogers. Eran hombres toscos e imperfectos, pero eran básicamente gentiles, y la mayoría eran morales y religiosos, como la mayoría de la gente que vive con la tierra. Tenían su propio lenguaje, pero no era profano. Tenían un buen humor cálido, tosco y natural. La gente fuerte siempre ha sido capaz de reírse de sus propias dificultades y malestares. Los soldados lo hacen en la guerra. El viejo vaquero lo hizo en el viejo oeste. Y hoy, en el interior, en lugares como Montana y Wyoming, hay vaqueros en ejercicio que incluso llevan armas, por lo general .30-.30 Winchester, aunque para protegerse de animales como los coyotes, no para dispararse entre ellos. Hemos estudiado la historia de estos cowboys, pasado y presente, y hemos tenido algunos verdaderos personajes de westerns, como Pardner Jones, como asesores técnicos en nuestras películas. Creo que las cuestiones de personalidad que he mencionado han sido bien retratadas en los héroes de nuestros westerns. Estos hombres son naturales. Son ellos mismos. Son individualistas y toscos. Viven una vida afuera, y no tienen que conformarse. Creo que una de las grandes atracciones del western es que a la gente le gusta identificarse con esos vaqueros. Todos tenemos un complejo de escape. Todos queremos dejar los problemas de nuestra vida civilizada detrás. Envidiamos a los que pueden vivir una vida de lo más natural, con la naturaleza, valientemente y simplemente”.

-Entrevista con Bill Libby, 1964

 


 

The Prisioner of Shark Island (1936)

“Cuando vuelvo de hacer un western en locación, me siento un mejor hombre por eso. No creo que alguna basura moderna haga a alguien sentir mejor por haberla leído o visto.”

 


 

Wee Wille Winkie (1937)

“En ese guion no había nada para que hiciera McLaglen, pero el estudio dijo, ‘¿Podés usarlo como un sargento o algo así?’ Y yo dije: ‘¡Genial!’. Él quería mucho a Shirley [Temple] y ella lo quería a él, así que el papel creció rápidamente. Pero según lo poco que había sobre él en la historia, tenía que morir. Es de mal drama matar a un personaje querible a la mitad de la película, pero es lo que la historia pedía—no había forma de continuarlo en el resto de la película. Un día estaba bastante nublado −había estado lloviendo− pero las nubes eran agradables, y tenían ese destello de luz ocasional. Normalmente hubiésemos cortado por el día, pero tenía un buen camarógrafo, Artie Miller, y le dije: ‘Tenemos que hacer algo con este clima, con estas nubes’. Le dije: ‘Tenemos a todos acá—¡enterremos a Víctor!’ y Artie dijo: ‘Es una buenísima idea, voy a abrir un poquito la exposición—vamos a tener un buen efecto’. Así que metimos el funeral”.

-Entrevista con Peter Bogdanovich, 1966

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