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El gato más trabajador del show biz

Por Dan Sallitt

Traducido por Lucía Salas

Mi gato favorito en el cine es el que sea que esté viendo en el momento, pero mi gato oficial favorito es el tabby naranja que vive en la oficina del sheriff en Stranger on Horseback, un western de Jacques Tourneur de 1955. Una buena parte del atractivo del gato está en que el papel de sheriff es interpretado por Emile Meyer, quien siempre hacía de tipo duro, y a quien el cineasta opta por dar un contrapunto haciéndolo acariciar al gatito mimoso en casi todas las escenas. Pero el punctum es un plano desde dentro de la oficina de noche, en el que los secuaces del villano fuerzan la puerta de entrada. El gato naranja, dormido en el escritorio frente a cámara, se despierta por el ruido y huye detrás de cámara. Por años creí que el cineasta había aprovechado al gato durmiendo en el set como un accidente con suerte, creando así un pequeño documental de animales dentro de la película. Pero mirando de nuevo me percaté de un movimiento circular de cámara organizado alrededor del gato durmiendo. Esto estaba actuado. 

Cuando twitteé mi admiración por este animal David Cairns, el fenomenal bloguero de Shadowplay, respondió: ¿Puede ser que sea un Orangey sin acreditar? Los números cierran. Y así fue como oí por primera vez la leyenda del gato más celebrado de Hollywood, el único gato en ganar el premio PATSY (Picture Animal Top Star of the Year: Mejor Estrella Animal del Año) para intérpretes animales dos veces. Orangey era el protegido de Frank Inn, destacado entrenador de animales cuya clientela luego incluiría al perro Benji y a Arnold Ziffel, el cerdo de Green Acres. Orangey comenzó en la cima como personaje que dio el título a Rhubarb, una comedia de 1951 sobre un gato que hereda un equipo de baseball. Inmediatamente después de ganar el PATSY por Rhubarb hizo de Minerva en Our Miss Brooks (1952-1956), uno de los primeros hits de la televisión, basada en un popular programa de radio. Como los créditos de animales siempre fueron un asunto un poco casual, Orangey aparecía frecuentemente como Rhubarb, Miranda y una serie de nombres cualquiera, y todas sus filmografías disponibles son muy incompletas. (Nunca pude confirmar que el gato de Stranger on Horseback es Orangey). Pero el gato se mantuvo ocupado por muchos años. Interpretó roles en The Incredible Shrinking Man (1957) y The Diary of Anne Frank (1959), y se agenció un segundo PATSY por su actuación como el compañero de departamento sin nombre de Holly Golightly en Breakfast at Tiffany’s (1961). Orangey continuó trabajando durante casi todos los años 60, y sus últimas apariciones en cámara fueron en 1966 y 1967 como la mascota de Eartha Kitt en dos episodios de Batman. Los registros muestran una carrera de 16 años, el equivalente gatuno a la longevidad de Lilian Gish o Danielle Darrieux. La fecha de su muerte no ha sido anotada, pero Frank Inn dejó dicho que quería que tanto las cenizas de Orangey como la de sus otros animales favoritos fueran enterradas con él en un ataúd con espacios para las cenizas. Pero Inn vivió muchos años y para cuando murió, en 2002, se crearon leyes que se interponían a su deseo. 

La filmografía arriba mencionada sugiere que Orangey es el Brando de los gatos, contiene multitudes. Nadie podría adivinar fácilmente que el animal tranquilo, casi zen de Stranger on Horseback daría una performance de villano al pie de la letra dos años más tarde en The Incredible Shrinking Man. Y nada nos prepara para el naturalismo de Orangey como el cualquier-gato-de-vecino en Breakfast at Tiffany’s, tan concentrado en las minucias de la supervivencia como el protagonista de Ladri di biciclette. (Orangey saca provecho de la dirección de Blake Edwards, quien lo posiciona característicamente en composiciones de planos largos que realzan los aspectos kinéticos y cómicos de su actuación). Para los lectores que no saben de la precisa compilación de las escenas de Orangey que hizo Alex DeCosta en YouTube deberían permitirse el placer ahora mismo. 

Las vidas de los gatos quedan relegadas a historias de interés humano. Los pedazos de la biografía de Orangey que tenemos, probablemente salidos de gacetillas de prensa, son reproducidos con una fidelidad tan mecánica que le quitan toda aura de leyenda. Se dice que solía rasguñar y gruñir a los actores humanos, y algunos ejecutivos del cine parecen haberlo llamado “el gato más malo del mundo”: es difícil creer estas calumnias dirigidas a la tierna criatura en los brazos de Emile Meyer. Aparentemente la disciplina excepcional que tenía Orangey en el set no le impedía escapar una vez que la escena terminaba, y se dice que Frank Inn usaba perros de seguridad en la entrada de los estudios para mantener a Orangey cerca. 

Cualquier estudiante del Orangismo, después de haber procesado su asombro inicial ante la larguísima y camaleónica carrera del histrión podría sin embargo comenzar a sospechar que Orangey se acerca demasiado a los límites de lo natural en las multitudes que parece contener. Este pasaje del libro Fifth Avenue, 5 A.M.  de Sam Wesson, sobre el casting de Breakfast at Tiffany’s prende las alarmas:

“La producción hizo un llamado abierto en el hotel Commodore para el papel del gato, al cual acudieron 25 felinos de pelo naranja recién acicalados y peinados. Después de arduas rondas de audiciones y varios llamados, un Orangey de 6 kilos perteneciente al Sr. y Sra Albert Murphy provenientes de Hollis, Queens, fue nombrado ganador. ‘Es un verdadero gato de tipo neoyorkino’, declaró Inn, ‘justo lo que queremos. Haré de él un gato del método, o un gato tipo Lee Strasberg’”. 

Inn y Orangey habían colaborado en Rhubarb nueve años antes de este casting. Pero el Sr. y la Sra. Murphy son un detalle convincente. 

Por un lado, la comunidad de amantes de los gatos de Internet quiere creer en la leyenda de Orangey; por otro lado, saben cómo son los gatos. Melissa, de la página Everything Audrey, aunque repite sin distancia crítica la historia, declara: 

“Sabemos que el gato de Breakfast at Tiffany’s es interpretado por al menos dos gatos: un tabby clásico amarillo y un tabby atigrado amarillo”. 

Una visita rápida al video de YouTube de Alex DeCosta muestra al tabby atigrado despertando a Holly en la primera escena, pero el tabby clásico, con su patrón arremolinado, es quien salta por aire en la fiesta de Holly. 

Valley Girl, escribiendo en su blog Teh Kitteh Antidote/Anecdote, le dedicó una buena parte del 2009 a su fascinación con Orangey, pero a fines de mayo observó:“He pasado mucho tiempo observando a Rhubarb en The Comedy of Terrors, y me he convencido de que este NO es el mismo gato que “Gato” de Breakfast at Tiffany’s”. 

La búsqueda javertiana de Valley Girl la llevó al libro Amazing Animal Actors (Asombrosos actores animales) de Pauline Bartel, que resuelve el caso Orangey con este inquietante pasaje sobre el rodaje de Rhubarb:

“Porque los gatos son difíciles de entrenar, Inn no estaba seguro de que pudiera enseñarle todos los trucos necesarios para el guion a uno solo. En cambio, adquirió 60 gatos parecidos y usó 36 para la película. Inn entrenó a cada uno de los 36 gatos para que realizara uno o dos trucos y usó a los gatos alternadamente en la película. Por ejemplo, cuando el director necesitaba que un gato salte, Inn traía a uno de los gatos que sabía saltar. El gato hacía el truco, Inn lo ponía de nuevo en su jaulita y buscaba otro que pudiera hacer el truco siguiente que necesitaba el director”. 

Inn tenía muchos nombres para los 36 gatos con los que trabajó: Pie Plant (otro término para el rhubarbo), Big Boy (Chico grande), Long Tail (Colilargo), The ‘Fraidy Cat (el Asustadizo), Little Britches (Calcitas). Sin embargo los comunicados de prensa del estudio promocionaban la historia de que un solo gato, Orangey, interpretaba el rol de Rhubarb. 

“Así que siempre que iba a la perrera buscaba dos o tres gatos parecidos, me esforzaba un poco y trataba de cumplir la tarea”, recuerda Inn.

Después de que el shock de la no-existencia de Orangey pasó un poco, traté de recuperar algún sentido en el naufragio de la leyenda. Algunos materiales —“el gato más malo del mundo”— pueden ser rastreados en la antigua impostura de un publicista. ¿Pero por qué la carrera de Orangey parece terminar hacia 1967, coincidiendo más o menos con la esperanza de vida de un gato? Si Orangey era una especie de marca, el nombre dado a cualquier gato naranja entrenado por Inn o sus asociados (se dice que muchos, o casi todos los entrenadores de Hollywood aprendieron con él), la marca podría haber continuado indefinidamente. ¿Inn no volvió a necesitar los servicios de un gato naranja después de 1967? ¿O decidió que había jugado la carta de Orangey hasta agotarla? ¿Y qué cenizas había que enterrar junto a él? ¿Un gato naranja particular? ¿Algunos favoritos? ¿Una mezcla de las cenizas de todos los gatos que alguna vez conoció? Nombramos y amamos a nuestras mascotas como una protesta contra la extinción anónima de tantos animales olvidados. ¿Acaso la leyenda de Orangey nos guía de vuelta hacia la nada que intentaba mantener a raya?

Frank Inn, cuya profesión lo hacía mirar de frente al abismo constantemente, parece haber lidiado con todo esto como cualquiera de nosotros, si podemos creerle a su página de Wikipedia:

“Un verdadero amante de los animales, Inn no podía soportar ver cómo se sacrificaba a animales sanos, así que los adoptaba. Los que tenían habilidades para la actuación eran entrenados por él y sus asistentes; los otros eran regalados a amigos y admiradores como mascotas. Inn dijo que hubo un momento en que él y sus ayudantes tenían mil animales bajo su cuidado, y una cuenta por alimentos que ascendían a 400 dólares al día”. 

Manteniendo el espíritu de la causa de Inn, observamos que siempre que haya un gato naranja siendo entrenado por un heredero del método de Inn Orangey vive, tan verdaderamente como alguna vez vivió.


Sofia Bohdanowicz hizo un corto adaptando el texto de Sallitt sobre las aventuras de Orangey. Como es un acompañamiento fundamental para conocer los dotes actorales del famoso gato, aquí se los compartimos con flamantes subtítulos en español.

The Hardest Working Cat in Showbiz from Sofia Bohdanowicz on Vimeo.

Este texto apareció originalmente en Filmmamker Magazine. Puede leerse en su versión en inglés aca. Gracias a Dan Sallitt y Sofia Bohdanowicz por permitir su publicación.

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