Search

Cuarentena 3 | Lo disponible y lo deseable

por Lucía Salas

Hace ya una semana que estamos en cuarentena. En dos lecturas virales del internet post-corona me cruzo con el nombre de George Oppen. En una, escrita por Casas, se lo cita diciendo que un poema no es sobre algo, sino que es algo. Lo mismo puede ir para las películas. La otra cita es este poema:

7

Obsessed, bewildered
By the shipwreck
Of the singular
We have chosen the meaning
Of being numerous.

Obsesionados, perplejos
Por el naufragio
De lo singular
Hemos elegido el sentido
De ser numerosos

Los días previos estaba triste, hoy estoy más bien enojada. Prefiero el enojo a la tristeza porque por lo menos me mueve a intentar entenderlo y a trabajar. Aún no lo entiendo, como no entiendo nada de lo que está pasando. Los festivales de cine, que son (eran) mi campo laboral, se dividen entre pospuestos, cancelados y virtualizados. Las decisiones son caso a caso. Este es un ejemplo de que, como en el poema de Oppen, en este momento, recién perplejos, se está eligiendo el sentido de muchas cosas,  sobre todo qué es ser numerosos. En medio de una obligatoria virtualización de todo, caso a caso, no me consta que no estemos fracasando.

En 1914 aparece en las páginas de Vanity Fair una presencia encantadora y corrosiva bajo el nombre de Fish, alias de dibujante de Anne Harriet Fish, que en ese momento tenía 22 años. Era inglesa, pero trabajaba tanto para Londres como para Nueva York. Su estilo era de pocas líneas y mucho veneno, con un ritmo y un ingenio cuyo equivalente en el cine serían las películas hechas antes de que se instaurara definitivamente el código Hays. Su estilo es también similar al de una futura compañera de Vanity Fair del lado de las letras, Dorothy Parker. De hecho, la forma más fácil de cruzarse con Fish es a través de Parker, porque al googlear cualquier artículo que haya escrito para dicha revista las ilustraciones que aparecen son todas de ella. Ambas se dedicaban a hacer crónicas de la vida en sociedad de los 10 y los 20 de esa forma malvada que ya no existe. Hasta podría decirse que Parker y Fish hicieron un libro juntas, High Society, una compilación expandida de artículos que salieron en Vanity Fair entre 1915 y 1920, escritos por Parker, George S. Chappell y Frank Crowninshield e ilustrados por Fish. Ahí se habla de los asuntos de lo social vivido por los ricos y consumido como entretenimiento por todos los demás, ese tono conocido de detestar algo y a la vez estar fascinado por las posibilidades de belleza y elegancia que el dinero puede comprar. Glamour y cianuro.

Dos años después Parker sacó otro libro colectivo de sátiras, esta vez con Franklin P. Adams y sin ilustraciones. La parte de Parker se llama Men I’m Not Married To (Hombres con los que no estoy casada) y la parte de Adams es Women I’m Not Married To (Mujeres con las que no estoy casado). La parte de Parker describe nueve personajes, nueve hombres con sus cosas. Los nueve son disponibles y deseables de lejos, pero para nada atractivos en detalle. Alcanza su pico de crueldad con un capítulo que dura tres renglones. El libro empieza con una de las cosas que más me gustan de Parker, un poema cómico. Las dos primeras estrofas:

The men I’m not married to

No matter where my route may lie,
No matter whither I repair,
In brief—no matter how or why
Or when I go, the boys are there.

On lane and byways, street and square,
On alley, path and avenue,
They seem to spring up everywhere—
The men I am not married to.

Los hombres con los que no estoy casada

No importa dónde pueda estar mi ruta,
No importa si reparo o no,
En breve—no importa cómo ni por qué
O cuándo voy, los chicos están ahí.

En carril y camino, calle y plaza,
En callejón, sendero y avenida,
Parecen salir de todas partes—
Los hombres con los que no estoy casada

Entre las pocas películas hechas sobre Dorothy Parker quizás la más desconocida sea Dorothy and Alan at Norma Place, de John Dorr. Hasta hace unos meses las únicas maneras de ver una película de John Dorr eran alquilar una copia por correo en Facets, un videoclub y sala de cine de Chicago, ir al ONE Archives, USC, en Los Ángeles, o comunicarse con el archivo de EZTV, el colectivo de video y performance que fundó John Dorr junto, entre otros, con la actriz Strawn Bovee, que hace de Dorothy Parker en la película. Hoy gran parte del material producido por EZTV está online en un canal de Vimeo.

Dorothy Parker tuvo dos maridos y tres matrimonios. Uno es Parker, el corredor de bolsa del que se separó en 1928. El otro, con quien se casó dos veces, fue el actor y escritor Alan Campbell. Dorothy and Alan at Norma Place es una biopic libre centrada en escenas de la vida de la pareja. Norma Place es la última casa que tuvieron en Los Ángeles, que queda en el barrio de West Hollywood, el mismo barrio en el que comenzó EZTV. Gracias a un texto de Jean-Claude Biette publicado en el número de primavera de 1992 de Trafic (que se consigue traducido al castellano en la edición de ¿Qué es un cineasta? que hizo el BAFICI) sé que la dirección de EZTV en ese momento era 8547 Santa Monica Blvd, a 1,1 kilómetros de la casa de Parker y Campbell (8983 Norma Place), el equivalente angelino a ser vecinos con casi 30 años de diferencia. 

La película comienza casi al final de la vida de la pareja en Los Ángeles y de ahí retrocede hacia los momentos previos a conocerse en Nueva York. La película avanza en secuencias-bloque a las que se les podría dar nombres, como pequeños capítulos espaciados por años. Como un Brigadoon narrativo: una vez por año (digamos una vez por año, o cada cinco años, o cada quince) entramos a las vidas de Dorothy y Alan. Afuera han pasado milenios, pero adentro solo unos minutos (los que pasan entre una escena y otra en cualquier película). Los personajes, atrapados en vivir en minutos y en años al mismo tiempo, quedan aturdidos y comienzan a discutir y odiarse lentamente. Al final se dan cuenta de esto por la gente que los rodea y deciden volver a empezar, aunque ya es tarde. Pero porque deciden volver a empezar, Dorr les da a los personajes de su ficción un final alternativo, inventado, en el que pasan unos últimos momentos de felicidad. 

Si bien la película está filmada en un formato de video bastante precario, con muy poco dinero (1.500 dólares en total en el curso de muchos años) y casi siempre en el mismo lugar, el espíritu de glamour, veneno y pocas líneas de Fish ronda sus escenas. Lo encarnan sobre todo los vestidos de Parker. En cada escena, salvo al principio y al final, tiene un atuendo distinto pero igual de magnífico. En una escena de fiesta, una especie de chaqueta-kimono con flores en relieve. En otra fiesta, un vestido negro con transparencias y debajo unas enaguas fucsia. En la escena de trabajo de guion en Paramount, unos pantalones a lo Katharine Hepburn y una camisa roja de mangas cortas. En la escena en la que no puede dormir y se levanta a escribir su poema “Coda”, una bata floreada de seda. En la escena en la que Alan y Dorothy ya indudablemente están enamorados, un broche con forma de rosa en el rodete. Frente a lo desnudo de los decorados (cuartos vacíos con una mesa, algunos sillones), la poca definición de su formato y la austeridad de su estructura (sin demasiados planos, con zooms como casi únicos movimientos, sin demasiadas secuencias, sin escenas de transición ni inserts ni cosas innecesarias), la belleza absoluta del detalle de sus atuendos. Esos objetos que se llevan en el cuerpo, que se moldean con el ritmo con el que la actriz camina, se mueve, con la forma en la que se sienta, esos pequeños lujos sin costo (¿de quién serán todos esos trajes?) me recuerdan a algo que me dijo un amigo alguna vez: “Nice shit for everybody is not a promise, is a threat” (“Cosas lindas para todos no es una promesa, es una amenaza”).

No sé por qué John Dorr hizo una película sobre Dorothy Parker. Quizás es porque sus lugares de trabajo y vida eran tan cercanos, o porque los dos le dedicaron tanto a la poesía. Dorr hizo una serie sobre poetas, The Lannan Literary Series, y también fue poeta. En estos días de encierro, angustia e incertidumbre laboral en los que me siento en esta silla y no salen las palabras, uno de sus poemas, como sus películas, como su forma de producir, conjura una forma posible de vivir como queremos:

Every child should be told
baby it is your garden,
please come and play in it
make your own rules,
they are the only ones that count
be aware that there’s a there out there
and a reason to keep a foot of it
don’t be hasty but be bold
take a hold, and move along with it
now is the garden, now and then,
lucid moments, limpid skies,
friendly faces, open eyes
live your garden, make it grow
keep in peace with what you know
learn to rip and learn to saw
the purpose of life is life
the reason for the game is to play it
the point of having words is to say it
the role of consciousness is to be aware
the case for emotions is to care
the sense of being is to be there
mysteries are the attractions of the unknown
the future is for those who look into it
the present is the present for us all
the past shows us the way we got into it
the tumble is the dance into the fall
who do we call? what is our calling?
are we falling? breathless falling?
into voids within voids within voids?
grab my hand now, pull me back
kiss my lips, ask me to stay
and rest a while, with you, a moment

Todo niño debería escuchar:
Querido, es tu jardín,
Por favor vení y jugá
Hacé tus propias reglas,
Son las únicas que cuentan
Tené en cuenta que hay un afuera ahí afuera
Y una razón para quedarse un pedacito de él
No seas apresurado pero sé valiente
Sostenete y movete con él
Ahora es el jardín, ahora y entonces
Momentos lúcidos, cielos límpidos,
Caras amigables, ojos abiertos,
Viví tu jardín, hacelo crecer,
Mantenete en paz con lo que sabés
Aprendé a cortar y serruchar,
El motivo de vivir es vivir
La razón para el juego es jugarlo

El punto de tener palabras es decirlo
El rol de la consciencia es estar al tanto
El caso de las emociones es que te importe
El sentido de estar es estar ahí
Los misterios son las atracciones de lo desconocido
Es futuro es para los que miran dentro de él
El presente es el presente para todos nosotros
El pasado nos muestra cómo nos metimos acá
El tropiezo es la danza hacia la caída
¿A quién llamamos?¿Cuál es nuestro llamado?
¿Estamos cayendo?¿Cayendo sin aliento?
¿En vacíos dentro de vacíos dentro de vacíos?
Tomá mi mano ahora, traeme de vuelta,
Besá mis labios, pedime que me quede
Y descanse un poco, con vos, un momento.

EZTV Museum: https://vimeo.com/user11223980

Alguna cosita sobre Fish: https://www.dbdowd.com/illustration-history/2015/11/13/anne-harriet-fish

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Recomendados: