Por Agustín Rayneli

Una inesperada carta da lugar a un primer acercamiento al personaje central de Love & Friendship, Lady Susan Vernon. Manteniéndose dentro de su delimitación formal, la necesidad de una urgente visita a la residencia de sus cuñados en la región de Churchill despierta escepticismo. Las apreciaciones son varias, tres personajes parecen tener ideas dispares acerca de la reputación de esta persona. Al hacer esto Whit Stillman procede con cierta distancia que le otorga una condición enigmatica al personaje interpretado por Kate Beckinsale. Sus intenciones se vuelven más claras conforme avanza la narración, aunque la manera en la que las lleva a acabo se van revelando como los varios pliegues de una carta.

El lugar de la mujer en círculos aristocráticos a fines del siglo XVIII en Inglaterra se resumía a recibir una educación adecuada, casarse con hombre adecuado y criar hijos de una manera adecuada. Esta es una adecuación que las mujeres de la pelicula acatan en distintas medidas. Catherine Vernon, la cuñada de la protagonista, es la más cercana a un esquema tradicional. Ante las acciones desreguladoras de Lady Susan rápidamente contacta (con una carta) a sus padres para que ejerzan cierto orden. Luego Alicia Johnson, la amiga más cercana de Lady Susan, es consciente del lugar que le corresponde y considera su matrimonio como un trámite para poder asegurarse una vida de comodidades. Nuestra protagonista no solo es consciente, sino que a través de pequeños gestos subversivos logra asegurar el mejor porvenir para su hija y para ella.

Esta subversión está presente en la obra de Jane Austen, que por lo general sus adaptaciones cinematográficas tienden a diluir. Stillman la rescata junto con su socarronería. En dialogo con Catherine, Lady Susan revela que un hombre con gran sabiduría es casi imposible de hallar, y una mujer ni siquiera debería aspirar a eso ya que es poco atractivo. No por nada el amante principal de la protagonista, del que solo sabemos es “divinamente atractivo” y que no posee ningun tipo de fortuna, no tiene ninguna linea de dialogo en la pelicula y prácticamente todos los encuentros privados entre ellos son elipsados.

Hay una tendencia a evitar momentos de romance pronunciado. No se muestran escenas de sexo, ni siquiera besos. En una estética donde las ataduras románticas juegan un papel central, Stilman nos recuerda que hay que prestar atención a otro lugar. La apropiación del dialogo, la palabra escrita y cómo eso define a cada uno de los personajes. Su nexo con una tradición y qué hacen con la misma. Lo que sorprende es la compasión y empatía con la que son tratados los personajes. La sátira es clara pero no hay momentos de bufonería.

Eso me lleva a hablar de Sir James Martin, el único personaje con una comicidad de la que carecen los demás. Su discurso pertenece al de un aspirante a pretendiente de Frederica Vernon, la hija de Lady Susan, pero sus pausas y expresiones faciales lo desplazan de cualquier tipo de cordialidad, poniendo en evidencia lo hueco del lenguaje que utiliza. Habría que mencionar que su visita Churchill sucede sin previo aviso de una carta, ocurrencia que produce un desajuste en la residencia.  ¿Es este un personaje que se maneja por fuera de las normas adecuadas?

Volviendo al titulo de la pelicula, no por nada Lady Susan menciona que solo se logra conocer totalmente a una persona cuando se tiene contacto con su amistades. Casi veinte años después de The Last Days of Disco, Kate Beckinsale y Chloe Sevigny logran una gran calidez en sus escenas conjuntas. Sus conversaciones están cargadas de sorna, pero sus verdaderas intenciones siempre subyacen a este intercambio. Los diálogos siempre han sido un detalle elogiado del cine de Stillman. Luego de una breve mención en su primer largometraje, Metropolitan, Stillman asume su deuda con Austen. Ambos grandes observadores que están siempre en contacto con su entorno, nunca ignorando la marcas que nos vuelven humanos. Una mirada punzante pero respetuosa, irónica pero cálida.